
Y es cierto que paseo en pena por casa,
y es cierto que camino sin conseguir recoger
los trozos de risa que bajan una escalera de caracol eterna.
Y es cierto que centrifugo mi pena,
que ahogo el calor que me da la risa,
y es cierto que rastreo mis propias pisadas
deseando otra vida de almohada.
Pero también es cierto que un día también fui... payaso...
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